Mañana

Nuevamente, te levantas, no lo piensas, no lo meditas, suena el despertador y te levantas simplemente.

Obscuro todavía, caminas tropezando con las patas de la cama, ¡Ay! la cama suspiras corto, pues corres el riesgo de regresar a ella. Ahora sí, tomas camino al baño, prendes la luz y te deslumbra el frió propio del baño. Ya sentado en el baño, dormitas un poco, pero no demasiado, el quedarse dormido sigue siendo un peligro y no lo lograrías de quedarte dormido.
Te lavas las manos, después la cara, te quitas la pijama y te vistes lo más aprisa posible, pues tienes que salir corriendo, sino pierdes el camión y si se te pasa hubiera sido mejor quedarse en la cama. Por la mañana pasan cada hora.
Sales de casa y después de un par de minutos sales corriendo, pues presientes que ya vas tarde ya que antes de salir no encontrabas la cartera y con eso que hace tiempo que no utilizas un reloj no puedes verificar tu sospecha.
El reloj lo dejaste de usar hace ya muchos años, pues siempre te lo tenias que quitar antes de empezar para dejarlo con los jueces de salida y con el cansancio al final olvidabas reclamarlo de vuelta, por eso lo dejaste de usar.
Uf, no es tan tarde alcanzas a ver las luces del camión que todavía no llegan a la esquina que tu estas por cruzar y el semáforo para el camión esta en rojo, ya esta, ya la armaste.
Ya llevas camino, por lo temprano no hay problema de conseguir lugar para sentarse, nuevamente sentado puedes dormitar un poco, media hora de camino te lo permite, pero no demasiado pues tienes que estar atento de no pasarte la parada, pues esta te deja justo para caminar únicamente unos minutos y llegar puntual. En el caso de pasarte la parada, llegaras tarde pues habrá que correr para llegar lo más cercano a ser puntual, pues puntual ya no lo vas a lograr.
Durante el dormitar te vas preguntando, ¿Por qué lo haces?¿por qué no quedarse en cama y dormir un poco más?¿por qué la desmañanada?¿cuál es el sentido de todo ese esfuerzo?
Te respondes, porque no tienes de otra, porque sino no encontrarías el tiempo para hacerlo, mas tus respuestas no te convences, te parecen forzadas.
Observas a tus compañeros de viaje y la pregunta retumba con más fuerza.
Todos ellos van camino al trabajo, todos ellos tienen que llegar al cambió de turno por lo que les queda un par de horas todavía de trayecto. ¿y tú?
Vas con ellos, compartes autobús, por los próximo 30 minutos. ¿y tú? Tú no vas a trabajar, no, tú todavía no, pero van juntos en la mañana y te saludan y los saludas con murmullos, dormitando todos.
¡Diablos! despiertas, por ir dormitando se te pasa la parada, bajas una después y tienes que correr, no lo piensas solo lo haces, pues sabes en lo profundo que no lo vas a lograr puntual, no tener tiempo, no tienes tiempo, solo corres.
La carrera valió la pena, parece que llegaste puntual, pues nadie te dice nada ni te reclama, tal vez es que notan que llegaste corriendo, no lo sabes, no hay reloj que marque la hora que puedas ver.
Te cambias y buscas la gafas y la gorra, siempre se pierden en la maleta.
El frío matutino acuchilla todo tu cuerpo, es la hora más fría cuando comienza a salir el sol, lo sabes. Pegas el salto y te deslizas, y despiertas y lo sientes hasta adentro de tu alma y vuelves a encontrar la respuesta a la pregunta de cada mañana en el camión, la sabias pero siempre es bello volver a recordar la respuesta, después del salto y al deslizarte…

Tierra, Agua y Libertad

alf-redo…